Es importante que conozca su piel en detalle para poder notar cambios, pero siempre es aconsejable que realice una evaluación inicial de la piel con un dermatólogo. Si bien es probable que con una autoevaluación regular se detecten a tiempo melanomas y otros tipos de cáncer de piel, siempre es útil que un experto capacitado busque cambios sutiles que usted podría pasar por alto. Cuanto antes se diagnostique un cáncer de piel, más altas son las probabilidades de curarlo.
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El melanoma es el tipo de cáncer de piel más grave. Se desarrolla en células denominadas melanocitos que producen melanina, el pigmento que le da color a la piel. Si bien se desconoce la causa exacta de los melanomas, la exposición a los rayos UV aumenta el riesgo de desarrollar la enfermedad. Los rayos UV pueden provenir de la luz solar, así como de las lámparas y camas solares. Además, los factores genéticos y el tipo de piel también pueden contribuir en el desarrollo del cáncer de piel.
La cantidad de casos de melanoma ha aumentado drásticamente en los últimos 30 años, particularmente entre mujeres de mediana edad. Esto puede estar vinculado al aumento del uso de camas solares en la década de los 80, cuando muchas mujeres que ahora tienen entre 40 y 50 años eran adolescentes.
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Los melanomas no detectados que se diseminan pueden resultar difíciles de tratar; sin embargo, cuando se detectan de manera temprana, por lo general son curables.
Al revisarse la piel en busca de posibles problemas, recuerde el ABCDE del cáncer de piel:
«A» de asimetría: busque lunares o marcas con formas irregulares, o dos mitades que tengan un aspecto muy diferente.
«B» de borde: cuando los bordes del lunar son irregulares, dentados u ondulados.
«C» de color: cuando el color del lunar varía de una parte y otra. La variación de color dentro de un mismo lunar debe revisarse.
«D» de diámetro: si tiene un lunar de más de un cuarto de pulgada de diámetro (6 mm), debe hacérselo revisar.
Y «E» de evolución: si un lunar cambia de tamaño, forma o color, o bien si sangra, pica o duele al tacto, es importante evaluarlo de manera inmediata.
Sería aconsejable consultar a un dermatólogo para obtener una evaluación inicial de la piel, particularmente si tiene antecedentes familiares de melanoma o si ha utilizado camas solares con frecuencia. Si bien es más común desarrollar lunares nuevos durante la niñez y la adultez temprana, las personas mayores pueden presentar otras manchas pigmentadas, como queratosis seborreica, que podrían confundirse con lunares y causar preocupación.
Por lo general, una evaluación de la piel realizada por un dermatólogo solo toma algunos minutos, pero es fundamental para identificar el cáncer de piel de manera temprana. El dermatólogo buscará otros tipos de cáncer de piel, como el carcinoma de células basales y el carcinoma de células escamosas. Estos cánceres tienden a verse como manchas rosadas, rojizas o escamosas en la piel que no desaparecen; además, pueden sangrar y aumentar de tamaño.
Entretanto, le recomendaría que adopte el hábito de controlarse la piel una vez por mes y que sea lo más cuidadoso posible al momento de protegerse la piel.
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Manténgase alejado del sol al mediodía, que es cuando los rayos UV están más fuertes. Cuando esté al aire libre, use ropa de protección, incluido sombrero, y use protector solar independientemente de la estación del año o el clima. El factor de protector solar, o FPS, del protector solar que use debe ser superior a 30. Busque un protector solar de amplio espectro, que abarque tanto rayos UVA como UVB. Para tener una protección total, debe aplicarse protector solar de manera generosa y con frecuencia.